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Schami, Rafik; El honesto mentiroso. Siruela. Madrid. 1992.
- “pero eso es otra historia”.
- “El nombre ha de ser breve y musical para que cualquier niño lo pueda recordar y guardar en su corazón” (pág. 36)
- “Se llamaba Abdullah el Grande. Y eso que ni siquiera media un metro y medio, pero al parecer era el más alto de dos vecinos que se llamaban Abdullah” (pág. 41)
- “Ismail era más olvidadizo que una goma de borrar” (pág. 43)
- “Los genios solo son geniales en una décima parte de su alma, en las nueve partes restantes son niños, nada más que niños” (pág. 48)
- “A Biren no le querían solo las personas. Los dioses se lo llevaron consigo para que actuase solo para ellos.” (pág. 50)
- “Creo que la misericordia divina ha inventado la casualidad” (pág. 56)
- Todo el capítulo del San José número 13 resulta muy interesante.
- “Así de inofensivo puede ser el principio de una catástrofe.” (pág. 65)
- “En aquella tenían lugar en casa dos funciones teatrales diarias: una cuando nos decían que nos desvistiéramos y nos lavásemos y la segunda cuando nos advertían que ya era tarde y que nos fuéramos de una vez a la cama” (págs. 75-76)
- Muy interesantes las historietas de las páginas 83 y la carta de la 85.
- “Jadik, tengo que decirte una cosa -entonces me llevó a un lado con un gesto significativo; puso en mi mano un caramelo de miel y dijo con voz dulce-: tu mamá va a recibir hoy de un ángel un pequeño y bonito bebé. Te alegras, ¿verdad?
-¡Una catástrofe! -exclamé, al parecer.
-¿Por qué una catástrofe? -preguntó asustada mi abuela.
-¿Qué vamos a hacer ahora con el otro bebé que está a punto de traer al mundo mi madre? (pág. 95) - “… el mono. El animal más inventivo después del hombre. Mi abuelo estuvo toda su vida convencido de que no era el hombre quien descendía del mono, sino que este había sido un hombre muy inteligente que había querido alzarse por encima de Dios. Entonces dios le maldijo y le hizo retroceder a un nivel inferior. Mi tía Cecilia decía que los monos eran sencillamente hombres que se comportaban como monos para eludir el trabajo.
Con ningún animal, ya sea un león o un gusano, se esfuerza el hombre tanto en mantener la distancia como con el mono, para dejar bien claro que él es una criatura muy especial de Dios. Pero no así mi tío Daniel.” (pág. 148) - El capítulo 16 también es muy bueno: “Tío Schamil no creyó nunca, ni por un segundo, en la otra vida. Él quería conseguirlo todo en esta.” (pág. 158)
- “Rezaba a Dios que lo convirtiese en una lagartija o en un enchufe. Le deseaba las más desagradables ventosidades cada que se tomase un rollo de pistachos”. (pág. 167)
- Aparece un faquir que solo come piedras maduras.
- “Mentir bien requiere ingenio; la verdad puede decirla cualquier simplón”. (pág. 188)
- “El circo estaba tan lleno que si una hormiga hubiese querido asistir al espectáculo habría tenido que hacerlo de pie”. (pág. 188/189)
- “¿Qué se puede hacer cuando el corazón de una persona está tan herido que ya no puede contener el amor, como no puede contener el amor, como no puede contener el agua un cántaro roto?” (pág. 198)
- Aparece un tipo que es pobre por vocación.
- “Para mentir de una manera verosímil hay que conocer exactamente la verdad sobre la que se miente.” (pág. 212)
- Cuenta una historia de médicos que ponen en la entrada de su consulta el número de pacientes que se les mueren. “Al cabo de algunos años había médicos que ya tenían números de tres cifras junto a sus puertas. A sus consultas solo acudían los que estaban cansados de vivir y los miopes, pues entonces no existían todavía las gafas.” (pág. 219)
- “Bueno, pues ahora vivo entre alemanes y, aunque te cueste creerlo, apenas saben alemán y hablan como Tarzán.” (pág. 233)
- “Pero era tan avaro que de buena gana no se habría lavado nunca para no perder grasa.” (pág. 269)
- “la luna -la Tierra ha encendido su linterna-.“ (pág. 275)
- “¡Buenos días! ¡Te amo! ¿Te has reído ya hoy?” (pág. 349)